Spoilers de Dragon Age: Inquisition.
En estos últimos días ha adquirido un mantra curioso: cuando
piensa, se frota la barba con su mano derecha. Sus dedos índice y pulgar
comienzan justo al lado de los labios, rodean los labios y terminan en el
mentón. Es un patrón repetitivo y Sera, su mejor amiga, lo ha notado. Pero ella
sólo se ríe y le envidia la frondosa y majestuosa barba que su amigo Thom Rainie
le robó a los demás Guardias Gris (porque sólo puede haber uno). Sera ha
madurado y ha cambiado en los últimos dos años. Parte de ello, quizá, se deba a
como Thom se enfrentó a su negro pasado. Es posible que él le haya inspirado. Y
claro que cuando uno tiene que salvar el mundo se aprenden muchas cosas.
Es una noche apacible y los dos disfrutan de la cerveza y el
alimento en la posada. El murmullo de la gente es muy animado y la comida es de
buena calidad. No es la mejor pero por el precio es bastante respetable,
especialmente porque Sera pide en grandes cantidades. Aún no bate su record de
dos papas, un pato asado y cuatro tartas.
"Todo lo que un Guardia es, es una promesa. Proteger a
los demás, incluso a costa de su propia vida."
Piensa para sí mismo. Cuántas veces no repitió esa frase
para presentarse, para inspirar a los demás.
También piensa en cuántas mentiras
escudó detrás de esa frase para hacer el bien, para redimirse. Porque él sabe perfectamente
que lo que hizo estuvo mal y fue de lo más ruin, cruel y cobarde. En su momento
no lo supo con claridad pero después llegó la revelación y le golpeó como aliento
gélido de un dragón de hielo. Lo supo cuando el verdadero Blackwall dio su vida
para protegerlo a él, a un criminal. Su salvador fue sólo un hombre, un hombre
de palabra y honor que dio su aliento para que él pudiera sobrevivir y seguir
adelante. Dio el regalo más preciado de todos: su propia existencia.
No se atrevió a defraudarlo.
Tomó el nombre de Blackwall y tomó la máscara. Se transformó en él, en un caballero cuya
espada fue la mentira. Desde entonces luchó para proteger a los débiles y
enseñarles a defenderse. Sólo era cuestión de tiempo para que la Inquisición le
encontrara por mero capricho del destino. La ausencia de los demás Guardia Gris
fue lo que cruzó los caminos de la Inquisidora
y sus compañeros con el suyo. Hace dos años, cuando le preguntaron que de qué
era capaz un Guardia Gris, él respondió con honestidad: Salvar el jodido mundo
si presionan.
Hubo sospechas, principalmente por discrepancias con algunos
hechos y algunas fechas. La mayor alerta fue que Corypheus no tuvo poder
sobre él. No escuchó su voz y jamás fue llamado a unirse a los otros Guardias
Gris. Pero las sospechas se disiparon con el tiempo porque probó su valía con
músculos, acero y valor. Una plaga aquí, una plaga allá, un caos total. ¡Nadie
tenía tiempo para dudar de él!
Todo cambió cuando se enteró que iban a ejecutar a un antiguo
soldado suyo. Arriesgó su reputación, arriesgó todo lo que construyó para por
fin enderezar su camino, encontrar la salvación que Blackwall le entregó. Hizo
pública su farsa y su responsabilidad.
La Inquisición completa tembló un poco, especialmente la Inquisidora. Todos,
excepto el niño fantasma, le miraron con horror. Algunas miradas se suavizaron
después cuando le vieron preso, arrepentido por sus pecados. Pero hubo una que
se hizo más áspera y dura: Cassandra. Ella urgió a la Inquisidora en secreto
que pagara por sus crímenes más fue ignorada. Hubo un intercambio de
prisioneros, un hombre que iba a ser ejecutado tomó su lugar y nadie notó el
cambio. Justo enseguida, Thom rindió cuentas ante la Inquisidora, quien le
perdonó, le pidió permanecer a su lado.
Ante su segunda salvación tampoco se pudo negar.
-¿Te vas a comer eso?
Pregunta Sera. O eso entiende Thom porque la elfa mastica y
habla al mismo tiempo. Él le sonríe y empuja su plato con la patata a medio
devorar hacia las garras de la arquera. Ella agradece con un gesto de su cabeza
y viola las leyes de la física al introducir la papa en su boca, en donde no
hay espacio posible. Y se las arregla para masticar con los labios sellados. Y
es ella quien le perdonó desde el comienzo porque sabe muy bien que todos
cometen errores. Sabe que el pasado sólo es un camino ya recorrido, una base
para la persona que eres hoy.
Thom se vuelve a perder en sus pensamientos y en su viejo
ser. Recuerda esos días con cierta amargura dulce. En dos ocasiones se le
perdonó y en esas dos ocasiones salió adelante. No fue fácil. Por largas noches
escuchó el lloriqueo de los niños inocentes y las maldiciones a sus
antepasados. Por largas noches le fue imposible perdonarse a sí mismo. Por
largas noches se dedicó a rastrear y encontrar miembros de su antigua compañía
para ayudarles a reconstruir su vida. Esas noches quedaron atrás porque hoy
tiene una tarea diferente: recorre Thedas para descubrir el bien dentro de los
condenados y olvidados, los presos en las prisiones más oscuras y los fosos más
profundos. Les entrega su propia fe, les pide que crean en él que cree en
ellos. Los hace mejores personas. Es una tarea ardua: con frecuencia se toma
descansos porque es exhaustivo de forma física y mental. Las prisiones devoran
la luz y los espíritus.
Con la misma constancia se encuentra con Sera, quien le
conoce por completo. Con ella no tiene que fingir que fue un ejemplar, un
dechado. Con ella pude reír, gruñir y maldecir en el mismo respiro. Es una
amistad bastante sólida y curiosa.
A menudo Thom desea preguntarle a Sera qué pasó con la
Inquisidora pero cree que no es correcto. Sabe que la Inquisición se deshizo y
(sospecha) pasó a ser un grupo selectivo y secreto porque sabe que hay amenazas
aun acechando. El mundo nunca va a terminar de salvarse por completo. Y cuando
saluda a Sera ella tiene la mirada perdida, enamorada.
El desenmascarado suspira y da un trago más a su cerveza.
Ciertamente los días anteriores eran más sencillos: podía escudarse detrás de
un mito, detrás de una mentira. Hoy tiene que lidiar personalmente con su
pasado y sus errores que sigue enmendando poco a poco. Las largas noches sin sueño han desaparecido pero de vez
en cuando alguna pesadilla traviesa se digna a visitarle.
Más no se arrepiente de nada. De otra forma no habría
participado en la salvación temporal de Thedas. Sería muy irónico que pudiese
participar en una segunda salvación, como le sucedió a él. Y con esa ironía entre
dientes se ríe en voz baja ante la mirada curiosa de Sera, quien sigue
masticando.
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Ejercicio de 400 Story Seeds to Crush Writer's Block.
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