miércoles, 24 de abril de 2013

Ejercicio: Rain




La dama extiende su cuello hacia adelante y cierra sus ojos mientras entreabre los labios. Unas pocas de agua entran a su nariz y se deslizan por la comisura de su boca y terminan en el mentón. A estas alturas no le importa. Ha tenido el peor día de su vida.


Es de esos días que sólo quieres enterrarte al despertar. Le ha ido tan mal que ni siquiera se reconoce a sí misma. Nada de lo que hizo en el día le salió bien. 


Nada.


Ni siquiera su mierda.


Sólo se arquea de tristeza y luego se encoge para dejar que la lluvia le lama la piel desde la frente hasta los pies. Sus finas ropas se están mojando y no le importa un carajo. Se transparenta todo y como ya lo he dicho, poco hará al respecto.


Es intrigante como un mísero día de tu larga vida puede echarte al suelo y hacer que muerdas tus raíces. 

Traga agua sucia y continúa pensando en todo lo que pudo haber hecho mejor. El silencio no existe y el golpeteo de las gotas no le molesta. Es una extraña. Es una extraña para sí misma y eso que se conoce desde el día que nació. 


La ropa le pesa más que cuando salió a saludar a los escupitajos de Dios. Es lógico. Si se moja y absorbe el líquido va a pesar más. Por ratos le cuesta respirar y no por enfermedad, sino por la mezcla de tristeza con coraje que se apodera de cada fibra de su ser: le hacen olvidar como se transporta el preciado aire de un lado a otro. Lo que nunca ha dejado de hacer desde que comencé a narrar es apretar los ojos. Los aprieta como si pudiese pedir un enorme deseo que le resolverá la vida en tres pasos. Esa clase de deseos que todos hacemos y quiero una vida sencilla sin complicaciones y resuelta. 


¡Pero no es posible!


No hay magia real que nos venga a ayudar y nos saque del lodazal en donde estemos atorados. No, para nada. Dios se ríe de nosotros y las estrellas también lo hacen. Al final queda aflojar el cuerpo y dejarse llevar por el lodo y la mugre que si no terminarás hundiéndote más. Por mucho que declares ser un vencedor, un guerrero, sólo terminarás hundiéndote más. A la vida jamás le vas a ganar. No por mucho que empujes desde el punto más bajo de tu existencia terminarás en el punto más alto de la misma.


Bufa con fuerza y suelta varios mocos. Es posible que ya se haya lastimado un par de venas y la próxima sean mocos con sangre. ¡Pero adivina qué! ¡Exacto! ¡No le importa!


Nadie tiene tiempo para esto. La vida es muy corta para andar ocultando las lágrimas con la lluvia y los gemidos con los truenos. Sólo es un desastre roto. Ha tratado tan duro de mantenerse unida, de ser un solo ente mas se ha desparramado en un sinfín de sentimientos por todo el suelo, ahogándose en el agua. Se siente asqueada, asustada por su propia actitud. 


No es cómodo así. Hizo cosas que nunca esperó de sí misma. La luz se fue de sus ojos y se escapó con la luna en esta noche lluviosa. 


Al final sólo le toca respirar, levantar los hombros, presumir sus pechos y echarse el cabello hacia atrás para poder mirar. 


Todo suena perfecto. Pero no lo es. 


A quién le importa. Al final vale la pena.

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 Esto es un ejercicio. Viene de WriteWorld. Es una buena página. Espero hacer más de estos. Tengo uno pendiente, por cierto.