jueves, 16 de diciembre de 2010

Wind

No es amigo quien ríe mi risa, sino quien llora mis lágrimas.

Bueno, ¿qué carajos hago?

Digo, una gran amiga se va. No ahora, no hoy, pero pronto. Se va a Gringolandia por cuestiones personales. ¿Qué carajos hago yo? La aprecio mucho y todo, la SMSeo casi a diario porque solía tener número gratuito con ella. Es mi ex, eso sí. Pero es... ¿la única ex que quiero? Le hablo, la molesto, me ignora, hago dramas y bromeamos. Una gran amiga, considerando que soy un idiota. Hasta le ofrecí un sótano para secuestrar a su novio (y no tengo sótano pero siempre se puede improvisar uno).

Tiempo.

Miedo quizá, a no abrazarla nunca más. Por mucho que me diga que va a volver por temporadas y demás, no es lo mismo. Ahora es cuando uno se traga las lágrimas y aprieta los dientes, maldiciendo su propio pasado y arrepintiéndose de los errores. Pero vamos, por algo pasan las cosas, dice la gente.

Hay que investigar si un SMS llega allá. Porque el MSN y el correo no es tan especial como el SMS con ella y conmigo. Pero, ¿quién soy para detenerla? Lo está pensando bien y es lo mejor para ELLA.

No la culpo ni me puedo enojar, sólo me duele. ¿Y si al final no se va? Sería un sueño.

Faltan meses, claro. Pero el sólo pensar ... Poof! No es bonito.

El jodido tiempo dirá.