Through her eyes

Porque el amor cuando no muere, mata. Porque amores que matan nunca mueren.

Un día claro. Me levanté temprano, me volví a dormir, me volví a levantar y me volví a dormir. Al final terminé de pie como hasta las 10. Me duché, desayuné piña y perdí el tiempo hasta ir a la escuela. Ya ahí, me puse a adelantarle al modelo de yeso. En eso me encuentro a Chuy y le pregunto que porqué fue tan descarado en decir eso frente a Ilse.

"¿Te gusta Ilse?"

"No, quiero conocerla"

"Tiene novio, wey"

"... ¿Eh?"

"Así es. Ella tira la onda y tiene vato. No te metas con ella"

Sólo me quedé pensando y agradecí el aviso. Le seguí a lo de yeso, lo cual voy a acabar la semana que viene.

Ya más tarde fui a las últimas conferencias después de comer con Anel (le patrociné el alimento pero aún así la maldita no me aprecia... ¡Es broma, Anel! ¡Sabes que te quiero!).

Primero habló Rafael Rego, diseñador brasileño que ya había conocido en el simposio anterior, aunque esta vez usó otro material. Ya no fue un enfoque tan automotriz, ya fue más del corazón y general. Estuvo interesante su conferencia. No hay mucho que rescatar, realmente. Sólo que la primera parte la dio en español y ya el resto en inglés.

Fui a molestarlo por el autógrafo cuando toda la raza lo rodeaba. Al pobre no lo dejaban en paz, más, pude obtener lo que quería pero no sin un percance: Ilse. Cuando andaba en la bola, me pica alguien la espalda y la espalda baja. Volteo y es la muchachita. Hubo otro beso de labios a cachete y me sonrió. Me limité a sonreír también... Como buen caballero (porque haga lo que haga, sigue siendo mujer a mi parecer) la hice pasar primero y le firmaron. Me esperó a que me firmaran y luego se retiró. Un incidente raro. No sé que pensar.

Después habló Mark Goerner, diseñador gringo que comenté de él en la entrada pasada. Muy simpático, la verdad, muy sencillo. Él participó en proyectos cinematográficos: diseñó escenografías y utilerías de películas como Constantine, X-Men 2 y The Terminal. Y nos enseñó sus ilustraciones, muy bonitas. La mayoría eran un tanto futuristas pero eran geniales. Si las quieren ver, búsquenle en su página. Fue muy ameno y gracioso. Y cuando le entregaron el premio por su participación, que es una base con un ojo a lo alto (el logotipo del simposio) se lo puso en la cara, simulando que era su ojo y sonrió macabramente.

Ya después nos fuimos todos y heme aquí. Lo disfruté mucho los tres días a pesar de sus cosas.

¡Gracias por leer!