Painkiller

No hace falta conocer el peligro para tener miedo; de hecho, los peligros desconocidos son los que inspiran más temor.

Me muerdo los labios y pienso si podré dormir. Después de un día decente me vengo enterando que a Chile lo azotó un terremoto de 8.8. Tres personas preciadas y una muy especial viven en Santiago... Viven, quiero creer. Ya les comenté en el Facebook y mandé correo pero me es imposible hacer más. ¿Rezar, quizás?

Tengo miedo y la garganta se me seca. Lo único que puedo hacer es desahogarme y fingir que dormiré. Realmente estoy asustado, asustado como pocas veces en la vida. ¿Estarán bien? ¿Sus familias? ¿Y sus amigos? ¡No sé, no sé! Quisiera una señal divina, un sueño, ¡algo! Aunque sean personas que conocí por medios digitales, realmente se hicieron de un pedazo de mi vida.

Debo mantener la calma, sí, pero es difícil en ignorar el peor escenario.

Tengo miedo.