Fly me to the moon

Abandonarse al dolor sin resistir, suicidarse para sustraerse a él, es abandonar el campo de batalla sin haber luchado.

¡Hola! Fueron días muy pesaditos y largos. Dejen platico, ¿va?

Ayer en la tarde me fui a casa de mi abuela paterna. Ahí vive mi padre ahora. Esto se hizo con el fin de no perder tiempo al día siguiente porque la hora de salida del autobus era de las 7 am. Entonces, para que no viniera hasta acá y demás, mejor de una vez me quedé con él. Y toda esa tarde me la pasé leyendo Selecciones de diferentes meses y años.

Al día siguiente estaba de pie y desayunado a las 6:30 am. Eso sí, sin peinar para que se me secara el cabello. Y nos dio raid Rodolfo, un empleado de mi abuelita. Nos llevó a mi y a mi padre a la central de autobuses. Después de comprar los boletos (102 pesos por cabeza) para ir a Laredo, México, esperamos el camión. ¡No quise dormir! He escuchado muy malas historias de cuando la gente se duerme en camiones así que me quedé viendo la película Flawless. No es mala pero para mis gustos me medio aburrió.

Llegamos a Laredo en 2:45 horas. Nos bajamos y mi jefe llamó al tipo. Esperamos un buen rato en la central sin tener donde sentarnos. Y aquél hombre llegó en la camioneta: roja, cabina y media, una S10 de cuatro cilindros. Algo peloteada (fallan detallitos y los muebles medio maltratados; también raspones a la pintura) y después de dialogar y batallar, quedaron de que en 3 horas pasaba por nosotros ya con los papeles entero y todo.

Fue entonces que aprovechamos para ir al otro lado del puente. Tres pesos por cabeza cobran por cruzar el puente. Después nos revisan la visa y todo bien... Lo que más gracia me da es que mi visa es del 2001 y expira en 2011. Tenía cabello corto y 14 añitos en la foto. Aún así me dejaron pasar (porque dime, ¿quién creería que esa cosilla es la cosota fea y peluda que soy ahora?). Y lo primero que está es un Payless (tienda de zapatos, por si no dieron click). Ahí conseguimos unos tenis blancos para mí, para correr y unos zapatos para mi jefe. Es que estaba de promoción: el 2do par si es de igual o menor costo que el 1ero, a mitad de precio.

Para no alargar tanto el cuento, comimos en una cafetería gringuilla. Pequeña, cómoda y sencilla. Estuvo... decente. No espectacular pero decente. Al acabar, preguntamos a la dueña (que era empleada también) como ir al Mall. Que agarraramos tal camión que estaba a tres cuadras... ¡Y me lleva la ñonga! Camión caro, demasiado. Un dolar con veinticinco centavos (17.50 pesos si contamos el dolar a 14 pesos). Acá el camión más caro no pasa de 11 pesos. ¡Un robo! ¡Igual que los refrescos de máquina! ¡Un dolar con veinticinco!

Con vueltas y todo, llegamos. Conseguí audífonos con micrófono para usar en el Team Speak (:! AKA: decir cochinadas a mis compañeros de Ragnarok Online. Mi jefe compró cosillas suyas y nos regresamos en otro camión, el cual, ¡NO TENÍA CLIMA! Y el calor en Laredo es tan infame como el de Monterrey. Ni modo, tocó joderse.

Ya de regreso esperamos una media hora porque el asunto no estaba terminado. Y ya, le pagó mi jefe y todo. Y devolvimos (sí, como si fueramos mercancía) a Monterrey. Y heme aquí, cansado, muerto, pero sin dejar de notificarle a mis fans (DAH!).

Cuento largo hecho largo.

PD: Me enamoré de un carrusel de dos pisos que andaba en el Mall. A ver si logro conseguir la foto porque la tomé con el celular de mi jefe.



Los conchodrilos lloran. Por favor no les grite.