Sólo es digno de libertad quien sabe conquistarla cada día.Entrada cursi y rara:
El día que yo sea un lobo domesticado, ese día me consideraré muerto. ¡Porque soy libre! Soy libre, le pese a quien le pese. Ni siquiera Dios me tiene atado porque él es tan amoroso (o maldito) que me deja andar pululando por todo el jodido mundo. No hay
ley
humana que me ate. Tampoco una ley
divina. Hay consecuencias, no leyes naturales del todo. ¿Qué me evita asesinar a otro humano? ¿El que me encierren o me maten a mí? ¿Una falsa penitencia? Soy libre porque puedo decidir si romper esas reglas o seguir acatándolas para una más sana convivencia. Soy libre porque nadie gobierna mis pensamientos ni mi voluntad.
Pero no por ser libre, seré rebelde. Para empezar, a mi madre y a mi padre les debo la vida. Les debo todo el consuelo y cariño que me dieron alguna vez, toda la comida, electricidad, gas, agua y todo eso que he usado y seguiré usando un rato. Soy libre y por ello he decido que algún día les pagaré o les devolveré el favor. A ver como haré.
A mucha gente le debo. Y por el mismo honor y la conciencia, he de pagar. Porque
quiero hacerlo. Porque me educaron de una manera y quiero seguir ese camino. Infinidad de veces he cuestionado éste estilo de vida, ésta vida. He infinidad de veces el instinto me ha dicho que siga, que no me deje; que me coma al mundo y que nada me va a detener. Que tengo un deber, una vida. Que soy yo.
Más, ¿algunos no abusan de esa libertad? Hacen cosas estúpidas y se escapan de las responsabilidades y del honor. Se hacen nada. Nada útil. Abusan del cariño de los demás, de la confianza, de la lealtad y de muchas más cosas. Creen que efectivamente el mundo es suyo. Creen que por mirar a otro lado los problemas van a desaparecer. No, las cosas se resuelven de frente y con una sonrisa. ¿Qué es eso de apartar los ojos y fingir demencia? La demencia déjensela a los que de verdad la necesitan.
Y hay veces cuando ésta misma libertad que adoro me da la elección de otro estilo de vida, de ser racional y lógico. De dejar a un lado el instinto, el honor y el orgullo; de que los sentimientos desaparezcan y que sólo sea uno más del montón. De ser un hipócrita, un falso y una persona estúpida.
Y esa misma cantidad de veces me río de
MÍ mismo. Si hago todo esto, ¿seré libre? ¿Acaso no estaré atado a las apariencias, a las falsedades y a la mentira? Obvio que sí. Tal como
estoy atado a mi honor y mi conciencia. La diferencia radica en que soy libre de seguir mi sendero, de respetar códigos y leyes, de ser yo. Si dejo que la estupidez y la hipocresía, que la falsedad y las apriencias y el humor me dominen, ¿seré libre? No.
Sí, me atrevo a decir qué es libertad y qué no. Porque al fin y al cabo, uno mismo hace la realidad.
Por eso el día que sea un lobo domesticado, me consideraré muerto.